14 marzo, 2006

¡Machu Picchu Es Del Pueblo, No De La Burguesía!



A propósito del revuelo patriótico acerca de la repatriación de los restos arqueológicos de la colección Bingham, es decir -aquellos que se extrajeron durante la etapa de descubrimiento de Machu Picchu, el cual fuera patrocinado por la Universidad de Yale y conducido por Hiram Bingham- me gustaría pensar que esta reinvidicación se va a conducir por los mecanismos más adecuados y sin chauvinismos.
Yale no es un oprobioso símbolo de un petulante y trasnochado capitalismo yanqui (descontando, por supuesto, que Junior haya pasado por sus aulas, y es que allá también funciona la vara). Es una serísima institución ubicada en New Haven, Connecticut que tiene bellísimos campus y varios museos (en plural), dedicada fundamentalmente a la investigación. En uno de esos museos, el Peabody Museum Of Natural History, tiene lugar una extraordinaria muestra (hoy itinerante), de carácter interactivo llamada 'Machu Picchu: Unveiling The Mystery Of the Incas', la cual está bajo la tutela del prestigiado historiador Richard Burger, a quien tuve el incidental gusto de conocer al visitar dicha exposición, llegando en amena charla a contarme que durante una pasantía aquí en Lima, su corazón fue cautivado por una simpática cuzqueña, hoy su esposa. La muestra es amplia y variada en cuanto al número de objetos expuestos: restos de ceramios, telas, joyería menuda pero, fundamentalmente, fotografías y documentación original de la época (por ejemplo, un documento oficial con la firma de Augusto Bernardino Leguía autorizando la expedición y solicitando al prefecto del Cuzco otorgarle las debidas facilidades, o la primera foto de Bingham llegando a la ciudadela). O sea, como dice la adivinanza, oro no es, plata no es: ni el rescate de Atahualpa ni el Señor de Sipán ni la Momia Juanita (sorry con excuse me, pero vasijas de ésas aquí ya tenemos un huevo). Eso sí, en Yale están en unas expertas y muy cuidadosas manos (la mitad de las cuales, como digo, son más peruanas que el choclo con queso).
Sin embargo, aún cuando demos lo anterior por cierto, no asiste motivo ético a Yale para quedarse en propiedad con nada. Hoy leí las declaraciones de Enrique Ghersi -abogado defensor en Lima de los intereses de la Universidad de Yale- que ciertos fallos estadounidenses han establecido en California, hace pocos años, que el gobierno peruano carece de la titularidad para reclamar piezas arqueológicas extraídas del país antes de 1929, por cuanto es desde ese año que se aprueba la primera ley de patrimonio arqueológico, de modo que quienes hubieran tenido en posesión material arqueológico con anterioridad a esa fecha podrían conservar la titularidad. ¡Sí, pues, claro!... Pero una cosa es que el derecho eventualmente asista y otra, el mantenimiento de la decencia y el prestigio. Si fuera por esto último, caballero nomás: Yale, ¡pepita botando!.

Lo que sí, como de costumbre y aunque sea como hablar de convenciones de sepultureros en un velorio, los únicos que van a sacar provecho sobre este asunto son los medios, los nacionalistas afiebrados y por supuesto, los abogados que van a encaminar los previsibles y larguísimos pleitos (éstos, por supuesto, al contado más rabioso).
Hiram Bingham, Fotografía de 1911, En Campamento Base de Machu Picchu.

No hay comentarios.: