02 abril, 2007

Rictus, En Plural

Vi alguna vez en una entrevista de la serie 'Inside The Actor's Studio' una entrevista a Martin Landau en la que éste explicaba al anfitrión, James Lipton, cuáles fueron los elementos de los que se valió para la magnífica caracterización de Bela Lugosi en 'Ed Wood' (1994, Premio de la Academia a Actor Secundario). Landau detalló que la representación de tal personaje, por su complejidad, no pasaba solamente por la expresión facial de sus sensaciones, sino que hubo de interiorizar otros factores a los que antes jamás había recurrido. 'Hube de hacer hablar plenamente a mis manos' -dijo Landau- 'Ello supuso ponerle incluso voz a mis falanges', y levantando la mano del mismo modo en que lo hubiera hecho su personaje, Lugosi, dijo con ella una muy expresiva garra, tanto o más expresiva que la mano-garra del Cardenal Niño de Guevara en la expresión pictórica de El Greco. Admitiendo que, en efecto, no toda actuación debe pasar necesariamente por la gestualidad facial, ¿por qué muchos actores, incluyendo a algunos consagrados, son rígidos en seguir tan falaz precepto?

Para empezar a ilustrar la cuestión, ¿no se han fijado que la impresión de hombre duro cuando Clint Eastwood frunce los labios parece, convincentemente, ser de un hombre distinto cada vez?. Y a pesar de que ha repetido varias veces personajes de comportamientos muy parecidos, el magistral Robert DeNiro ha sabido capear el encasillarse y sobreactuar sus personajes. Ni siquiera Steve McQueen -a mi juicio, actor de serias limitaciones- o el muy predecible Roger Moore (casi actor de un solo papel: se salvó por poquito) se repetían recurrentemente. Se dice que Anthony Queen y Cantinflas hicieron sus carreras en el cine desempeñando un solo papel: esto es innegable, pues ambos tenían una muy escasa gestualidad. El primero, por lo general recurría a la boca torcida, el gesto adusto y el ceño fruncido (cuando no al pañuelo sudoroso y la camisa manchada de sudor), y el segundo a las levantadas de ceja, los mohines y los gracejos movimientos de caderas que se repetían hasta el agotamiento. Por ello, supongo, era muy fácil prever los gestos en sus actuaciones. En las actuaciones de Tom Hanks, Jeremy Irons, Ed Harris, Uma Thurman, ni siquiera en la (malísima) actriz Penélope Cruz, sin embargo, se encuentra esa predictibilidad. Por eso, ¿qué hay de estos situaciones, con estos actores y actrices?:

1. La levantada de cejas, asentimiento y movida de cabeza de Adam Sandler (cara de perrito, como quien pide que le hagan caso).

2. La movida enérgica de cabeza y los ojos muy abiertos de Mel Gibson en el momento en que le entra una locura pasajera.

3. El gesto de seriedad, con ojos muy abiertos de Jodie Foster, mientras aprieta las mandíbulas y levanta el mentón.

4. El brazo levantado y apuntando el índice hacia abajo de Will Smith, arqueando las cejas y meneando la cabeza mientras, por lo general, grita o habla alto.

5. En una situación que supone confusión, la suave movida de cabeza de Meg Ryan con la boca levemente abierta, pestañeando y girando los ojos a un lado y al otro, tomándose luego la cabeza con una mano.

6. La cara de cristo-pobre de Nicolas Cage cuando acomete papeles románticos.

7. La timorata e insufrible tartamudez con rápida parpadeada de Hugh Grant en alguna situación embarazosa.

8. La manera en que Queen Latifah mueve los hombros, con las manos en jarra sobre las caderas, cuando discute con alguien.

9. El giro lento de cabeza de Bruce Willis con la boca entreabierta, cerrando luego los ojos para iniciar una recia y perspicaz respuesta al interlocutor (huelga decir que la respuesta va con voz de pedir a gritos un vaso de agua).

10. La levantada de cejas y sonrisa a todo diente de Jack Nicholson cuando hace una pregunta personal a otro personaje, acercándole mucho el rostro.

11. Los yeaps y nopes de Warren Oates.

Incuestionablemente, previsibles. ¿No es verdad?

Si no hay quien me desmienta, animo a evocar algún otro gesto que quepa dentro de esta categoría.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy totalmente de acuerdo con vos.

Anónimo dijo...

Aunque conocido mas bien en el ambito teatral escolar, su simpatico cumpa Alfredo Slim tambien se caracteriza por un gesto clasico: dos o tres inhalaciones cortas pero profundas acompañadas de levantadita de hombros convulsiva, cada vez que se manda un chascarrillo de esos que nos hacen c... de risa.

Anónimo dijo...

Sniff, sniff... ¡honk! ¿Qué?... Esteeeee... Creo que están sniff, hablando de mí, ¿o me parece? Ya pues, Papi, ¡no seas sinvergüeeeeeenza...!