09 mayo, 2007

100 Posts & 100 Discos Argentinos



Dando la habitual chequeada a la versión electrónica de La Nación, de Buenos Aires, volví sobre el cuadro que anuncia la elección de los cien álbumes más importantes de la historia del rock argentino, según la revista Rolling Stone LA. Si bien el link conecta solamente a la carátula de presentación y no muestra la lista completa, hay varios otros que contactan con las selecciones que hicieran músicos importantes de las tierras gauchas: Pettinato, Cerati, Páez, Santaolalla, Calamaro, Nebbia, y así. Por cierto, no sorprende la coincidencia en muchos de ellos en bandas clásicas como Pescado Rabioso y Pappo, pero, especialmente, respecto de la banda madre del blues argentino, es decir, Manal ('Avellaneda Blues', 'Jugo de Tomate Frío', 'Avenida Rivadavia', 'Necesito Un Amor', entre otros).

Con afán de divilgación bluesera y antes de una digresión prescindible acerca de una entrevista a Claudio Gabis -fundador de Manal-, me permito clipear el emblemático 'Negro Como Un Blues', en el arreglo incluido en el álbum 'Claudio Gabis - Convocatoria' (1995) con las voces del propio Gabis y Joaquín Sabina. Del mismo CD son también recomendables 'Desconfío' y 'Blues De Un Domingo Lluvioso', pero muy especialmente dos tremendas canciones, 'Los Vuelos De Tu Falda' y 'Avenida Rivadavia' (en voz de Horacio Fontova).

De la entrevista realizada a Gabis (n. 1949) en 2000 entresaco algunos párrafos. Las cursivas y corchetes son míos:

Sobre el pesimismo [tal como si se tratara de cambiar ciertas circunstancias y uno o dos nombres propios ('Emma Zunz', J. L. Borges) hice el ejercicio de sustituir 'Perú' donde dijera 'Argentina' y 'Lima' donde dijera 'Buenos Aires' en el siguiente párrafo..¡Vaya pesimismo!...] :

Hoy en día hay muy pocas razones para que la Argentina exista como tal. Porque uno inclusive se aleja un poco de los grandes centros urbanos y se encuentra con un par de banderas y un par de cosas así, pero Argentina no está. Una bandera puesta al lado de la Cordillera, tres libros de lectura, y una foto de San Martín no hacen que el país llegue ahí. Es un país sin circulación sanguínea, es un país necrótico. Todo lo que está lejos de los grandes centros, en esos lugares la Argentina está como muerta, no llega. (...) No, sino otro tipo de cosas que son más importantes como la idiosincrasia, la forma de ser, el cariño a la tierra, el vínculo entre la gente... y eso es lo que en Argentina está deteriorado. La Argentina está desmembrada.(...) Y el núcleo de la enfermedad de la Argentina es Buenos Aires, el foco infeccioso es Buenos Aires. Buenos Aires es la ciudad que está podrida, la sociedad que está podrida y la que no irradia hacia el resto del país, ni tampoco admite lo que viene de afuera. Eso es lo que yo veo, veo un país que no avanza. Y veo generaciones y generaciones de gente que se va yendo, se va yendo, como me fui yo. Lo que pasa es que yo me fui por aventura, pero la mayor parte de la gente que se va, se va por misiadura. Los chicos de 24, 25 años que se van, que son toneladas, y muchos de ellos formados, con capacidad que harían falta aquí. Y se van porque no tienen futuro, y tienen razón.

Sobre la música [Concepto de veras entendible para quienes pasamos los cuarenta]:

Cada vez escucho menos música. Por ejemplo, escuchar un long play entero de alguien me resulta imposible, yo escucho dos temas de la gente que más me gusta y después tengo que cambiar a otro, no aguanto más de dos temas. Sigo escuchando mucho blues, me armo para escuchar un par de temas de B. B. King, otro par de temas de John Lee Hooker, otro par de temas de Clapton, otro de Robert Johnson... Muy picadito, pero no más de un par seguido de cada uno.

Sobre la modestia [realmente, vanidad] y el recato [vulgo, pedantería o ¡Yo lo descubrí, hermanito!]:

En la época Pre-Manal yo estaba escuchando blues y el rock de los '60. Sobre todo blues. Y yo muy probablemente fui el primer tipo que tuvo un disco aquí de Dylan, de Jimmy Hendrix, porque en ese momento estaba muy conectado con los que traían las primeras cosas y esos discos me llegaron primero que nadie. Lo sé porque nadie los conocía, muy probablemente fue así. suena un poco pedante pero... tomémoslo como no un dato de pedantería sino histórico. En el año '67 yo escuchaba toda la psicodelia, pero sobre todo la que tuviera que ver con la raíz afro. Y en eso entraban desde Hendrix, Cream, John Mayall, todo el blues sobre todo el primitivo, escuchaba mucho folk americano, escuchaba a Dylan pero muchísimo, tenía todos sus discos.

¡Plop!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por cierto, Metrónomo, muchas felicidades por tu centésimo post: no serán tantos como los mil doscientos de Thays, pero de hecho, son más cague de risa. ¡Que sean cien más!