09 febrero, 2006

Mamita... ¡Eso Cansa!


He estado recorriendo diversos blogs literarios peruanos. Me he sentido más que pusilánime al ignorar a todos los Wilkomorisis, James, Freys y Airas que mi cortedad literaria me ha impedido conocer (es más, de no haber sido por el valioso concurso de mis pares otrognósticos, me hubiera visto también impedido de conocer toda la nueva generación de nuevos narradores peruanos: gracias por desasnarme).

No obstante, al final de mi excursión bloguera, me da la impresión (casi, casi confirmada), que salvo honrosísimas excepciones quienes conducen tales blogs son personas efectivamente dotadas de una inteligencia altamente desarrollada, creativas y de seguro, inconformes. Lo que sí, han de disponer ingentes cantidades de tiempo libre no dedicado a actividades productivas convencionales y sí mucho tiempo destinable a la elaboración de esos densos hueveos. Según algunos (el Lic. Manolo García, entre ellos), la explicación para otorgar tanto tiempo a redactar estas enciclopédicas y documentadísimas crónicas pueda ser una secuela de marginación en la adolescencia debida a la falta de atractivo físico (como también es mi caso, sólo que para el hueveo light), timidez o un desmedido ánimo de sobresalir del modo que fuere. Por cierto, me viene a la cabeza la carta de ánimo constructivo que dirigí a 'Somos' hace cosa de dos semanas: en algún artículo sobre los mejores discos del 2005, el autor denostaba sobre quienes, como yo, se apegaban a la música del main stream; critiqué que el hacerse el snob y escuchar bandas caletas no era necesariamente buen indicador de tener la razón. La pataletera respuesta del autor (identificado recién ahí, a mi solicitud) fue un típico caca-pedo-pichi-poto, o sea, algo así como un: 'Ay, oye, te voy a dar las direcciones de cabinas de internet (!) para que entres, ¿ya?, y veas que los grupitos que oigo también tienen sus páginas web, ¡chusma, chusma, prrrrt!' (sospecho que el compadre debe tener también su blog musical). Tal vez sea que debido a la feliz aparición de los Nintendos y Palms, los geeks tecnológicos y nerds palabrológicos o musicológicos se ven cada día más normales, y que la aparición de semejantes gurús no hace más que engrosar la feliz multitud de sabihondos en los temas más insospechados y esotéricos (como el conductor deportivo de una señal de cable que recordaba cuáles habían sido los cambios del América de Cali cuando enfrentó al Cobreloa allá por 1987 en Calama; por cierto, no faltará algún huevas que intente verificar que tal encuentro, en efecto, se produjo).

Creo que ha quedado claro que, de mi lado y como seguramente no dicen los españoles, paso de la densidad que suena a cojudeo. En vez, prefiero hablar en una charla distendida -de ésas de cuando uno se toma un vino en plena preparación de una parrillita- acerca de la impresión que me causa volver a escuchar, por ejemplo, 'Makin' Whoppee' en las voces de Dr. John y Rickie Lee Jones (más riqui en esos días que nowadays, valgan verdades) en los ligeros términos de 'me gusta', 'no me gusta' o 'ya me llegó al chopin' que andar teorizando sobre un libro y sobre su sentido de la transfiguración de la realidad, inventiva y metaforización, concisión y sentido revelador del ocultamiento de lo narrado (sic, extraído de una nota de uno de los blogs literarios mencionados ut supra). Calculo que construir no sólo la frase, sino elaborar el armatoste lógico para llegar a escribir eso, debe cansar soberanamente (¡ufffff!... más aburrido que leer los artículos sobre dinosaurios peruanos que nos regala de cuando en cuando 'Dominical').

Entonces, si nos vamos a poner conceptualmente exquisitos, pongámonos exquisitos, no tengo problema. Eso sí, tal como pedía Denzel Washington en 'Philadelphia', preferiría en realidad -como el más común de los mortales- que alguien me explicara acerca de esas cosas como si yo tuviera solamente cuatro años de edad. Eso, o dejárselo nomás a los entendidos (o sea, a esos que usan polos que dicen 'Nerd Inside').

He dicho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Leí el artículo del Somos y leí la carta que mandaste. En lo que respecta al autor de la nota, te equivocas cuando dices que recién se identificó a solicitud tuya, porque su nombre si apareció en el resumen de marras.

Los hijos negados del Dr. No dijo...

Gracias por el comentario, Laetitia. La verdad es que no ubiqué el nombre pese a que lo busqué aún en los créditos de edición... En todo caso, ni siquiera la redundancia de colocar su nombre en la poco atinada respuesta a mi carta me hace recordarlo. A lo mejor es como uno de esos nombres de los que se podría decir, parafraseando a Groucho: 'Jamás olvido un nombre, pero con ése haré una excepción'.