Estimados Señores:
Con el respeto que me merecen (que es bien poquito), paso a expresarles que me parecen soberanas tetudeces las siguientes tenués-de-guerre (o sea, ropa de chamba, la cual no ha de confundirse con la "ropa de laburo", que es la tenida que usan las chicas malas que, por regla general, casi siempre son bien buenas):
a) La chaquetita blanca de los médicos de los hospitales de EsSalud y Minsa. Tal indumentaria llama a poderosa confusión con la habitual tenida de los otrora heladeros D'Onofrio (hoy Nestlé), y cuando se tiene a alguno delante uno no sabe si le van a medir la presión o si hay que pedirle un Frío Rico. Ya otra cosa son las scrubs: ahí sí, por comodidad y por afincarse estrictamente en el ámbito de un hospital, atraco.
b) El chaleco multibolsillo que supuestamente otorga características a un periodista. O sea, ¿qué?, ¿uno ve el chalequito con sus bolsillos de número infinito y debe computar que está hablando, o sea, con Alejandro Guerrro en sus épocas de reportero callejero? ¿o es que no se dan cuenta de que los bolsillitos eran más para que los reporteros gráficos llevaban ahí los cuchumil rollos de película fotográfica que una misión distante les imponía y que estos tiempos de cámaras digitales ya no exigen más que para uno que otro teleobjetivo? Incluso hay ocasiones en las que uno no sabe si tiene delante a un periodista o a un cambista de Larco.
c) Los ridículos gorritos que usan los que practican el automovilismo aún cuando están fuera de los circuitos. Digo... una cosa es usar el adminículo dentro de un auto -digamos- de rally, por cuanto el polvo se puede impregnar molestamente en el pelo, pero ¿fuera del auto? ¿durante una entrevista de televisión? ¿dentro de un avión?... (¡por favorrrrr!)
d) Los zapatos de punta de las actrices de películas porno. Digo... ¿por qué nunca se los sacan cuando están en plena acción? Al igual que en el acápite c), el polvo se puede impregnar molestamente sobre los zapatos durante un rally, pero... (huy, no, creo que escogí mal los términos... ). Passons.
e) El insufrible terno -invariablemente- mal cortado de todos y cada uno de los grupos chicheros (Armonía 10, Grupo 5, Los Norteños de Guadalupe y siguen firmas). ¿De qué se trata? ¿poner en evidencia integración total y espíritu de cuerpo (de tamal)? No, Señores chicheros, no es preciso que se vistan todos igual, ya con su música es sufissant.
f) Las chaquetas de los cocineros y sus zuecos. ¿Serían menos cocineros, la sazón resultaría diferente, sería distinto el resultado si los cocineros usaran algo más expeditivo - pongamos, un mandil- o un gorro en vez de las chaquetas aquellas con cuello abierto y mangas tres cuartos con las puntas dobladas? ¿percibirá la comida la sutil diferencia acústica de cuando un cocinero camina sobre zuecos que cuando usa otro tipo de calzado, modificando con ello su sabor?... No me parece, ¿ah?
g) El terno y corbata de los asaltantes de bancos en virtud de lo cual se les espeta aquello de ser siempre sujetos 'elegantemente vestidos'. Hint: Señores asaltabancos, desde los ochentas en que la moda se distendió y lo casual se impuso, el uso del traje y la corbata no es -ni por asomo- sinónimo de elegancia. Favor, si quieren pasar piola antes de un atraco, ¡cámbiense de ropa!, no fuere a ser que tanto el público como el administrador del banco a ser asaltado pensaren que al local entró (con similares o más peores intenciones) una gavilla de abogados en ejercicio -mejorando a mi amigo Augusto-.
h) El invariable vestido de flores, las sandalias de taco bajo y la cadena dorada sujeta-anteojos de las señoras que abarrotan bingos y casinos... Señoras: ¿qué no hay alguna blusita menos clásica que vaya bien con sus anteojos de lectura? ¿alguna prenda que haga un poco más risueña la permanente cara de compunción estreñida que parece aquejarlas siempre?
Antes de presentar mi denuncia formal ante Indecopi por prácticas restrictivas en el mercados, valga este modesto exhorto para hacerles recapacitar de tan ilógica postura gremial y, ¡por favor, vístanse como la gente!, pues de monjas, ascensoristas, enfermeras, curas, tombos, mozos, farmacéuticos, guachimanes y dependientes de tienda de vídeos ya estamos hasta la coronilla.
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(f) El Baliente Metrónomo.
6 comentarios:
No se porque pero me vino a la mente la beatica figura de Migapal con su habito franciscano, con sus sandalitas y sus uñazas largas y negritas y Marcelito arrodillado a su costado besandole los pieses.
Hay gente que el uniforme les hace un gran favor...algunos se sacan el uniforme y uno no puede diferenciar quien es quien....
Tiene razon la peruana...como mi amigo Williams, tuvimos que decirle que le ponga uniforme a su chola despues de quincearnos dos veces con su hermana.Que palta,ón...
RECUERDO A UN EX JEFE QUE SI BIEN NO USABA UNIFORME, EL CONDENADO TENIA UNA FORMA DE VESTIR TAN PARTICULAR...QUE SIEMPRE PARECIA QUE USABA LO MISMO...
¿Y que tal un pantalón marrón, medias que caminan solas y sandalias que sufren para poder airear dichas medias? (la camisa era de color no determinado...)
Contadores, economistas siempre se visten medios torrejas...
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