Querido Amigo Secreto del 2008:
Como quiera que aquí en la oficina el voto singular que permanentemente se opone a aquel jueguito absurdo del Amigo Secreto es el mío, sospecho que el próximo año también tendré tu nombre en el consabido papelito doblado en cuatro que guardo celosamente en la billetera en las semanas previas a la Navidad, por lo que creo te debo una explicación a que el año que viene -de no progresar una vez más mi perpetuamente fallida oposición democrática- petardearé a como dé lugar ese juego en la oficina. Antes que nada, debo explicarte, querido Amigo Secreto, que mi negativa a participar en dicho juego no se origina ni en la misantropía, el desgano, la tacañería ni en la depresión pre fiestas, sino que invoca la razón de ser de mi formación económica, la cual me impele a optimizar la asignación de los recursos, siempre escasos. Es más, considerando el tema de las probabilidades, sé que eres Amigo y no Amiga puesto que tu rango probabilístico a estas alturas anda por encima del 87% y que es muchísmo menor la chance atada de que seas mujer, ya que en los últimos años las tres chicas de la oficina me han tocado sucesivamente. Entonces, para escoger tu regalo es preciso no desentonar y ponerme en tus preferencias; lo segundo acaso sea mostrarme espléndido sin parecer pretencioso. Me he fijado que el regalo no va a poder ser de aquellos que se llaman íntimos (o sea, quedan descartados de arranque los calzoncillones, las camisetas y los bividís), de los que son incuestionablemente misios (los polos dos por uno de Saga, las chaplas con dibujitos, los clogs de diez lucas el par, tres CD's bamba), de los peruanísimos (los tableros de ajedrez inca, los polos con leyenda '¡Te Amo, Perú!', los vasos con borde de plata, las botellas de pisco), de los radicalmente gronchos (los perritos que menean la cabeza, un par de medias guindas, los ventiladores de carro, los mouse pad de Macchu Picchu), de los innegablemente inútiles (un juego de luces de árbol de navidad, una pluma de tinta líquida, un mug para el café con logo de la oficina, un nacimiento, una linterna flexible para leer en la oscuridad, un chullo), de los metrosexuales (una crema para el rostro, un frasco de bloqueador de sol, unos lentes fashion, un libro de recetas de martinis, un incensario de sándalo, un libro de Isabel Allende), de los salgo-del-paso-como-sea (un estuche de cortauñas, herramientas de parrilla, un frasco de perfume Adidas, un libro de chistes de Mario Poggi, unos largavistas) ni de los dramáticamente caros pero que me harían quedar como las propias rosas (un Ipod Nano, una Palm en cualquiera de sus formas, una navaja Victorinox con cuchumil gadgets, un reloj waterproof). Finalmente, tendría que escoger entre los que sí podrían ser siempre que el precio sea el adecuado como por ejemplo, una afeitadora portátil, una brújula de metal, un polo o una gorra de marca con descuento, dos CD o un DVD originales o, ya de perdis, unos buenos auriculares. El quid está en encontrar algo de esto último pues, aunque no lo parezca, es una verdadera chambaza querido Amigo Secreto, por lo que además que el año que viene -si es que después de todo no logro impedir el obcecado jueguito- prometo no llamar a nadie a pedir consejo acerca de tu regalo, ya que he verificado que ante tal pedido la pregunta siempre es ' Pero ¿qué crees tú que le pueda gustar a tu Amigo Secreto?, a ver...' (o sea... ¡si lo supiera no pido ayuda, pues!). ¿Ahora entiendes, Amigo Secreto, que no es placentero para mí perder íntegras dos mañanas y dos tardes completas de trabajo (pese a que decir de trabajo sea un perfecto decir) buscando entre tanta chuchería un regalito que cumpla con todos los requisitos descritos? Cansa terriblemente ¿me entiendes...? Como fuere, a mi pesar y a punto de una monumental rabieta debo dejarte ya pues voy corriendo a Larco con Shell a ver si a esta hora aún encuentro algún ambulante, ya que me olvidé comprar la tarjetita de ésas de tres por un Sol sobre la que escribiré esmeradamente y con buena caligrafía 'Con Todo Cariño, De Carlos Para Su Amigo Secreto de Este Año'.
Recibe, entonces, un abrazo que te dure hasta la siguiente Navidad.
Como quiera que aquí en la oficina el voto singular que permanentemente se opone a aquel jueguito absurdo del Amigo Secreto es el mío, sospecho que el próximo año también tendré tu nombre en el consabido papelito doblado en cuatro que guardo celosamente en la billetera en las semanas previas a la Navidad, por lo que creo te debo una explicación a que el año que viene -de no progresar una vez más mi perpetuamente fallida oposición democrática- petardearé a como dé lugar ese juego en la oficina. Antes que nada, debo explicarte, querido Amigo Secreto, que mi negativa a participar en dicho juego no se origina ni en la misantropía, el desgano, la tacañería ni en la depresión pre fiestas, sino que invoca la razón de ser de mi formación económica, la cual me impele a optimizar la asignación de los recursos, siempre escasos. Es más, considerando el tema de las probabilidades, sé que eres Amigo y no Amiga puesto que tu rango probabilístico a estas alturas anda por encima del 87% y que es muchísmo menor la chance atada de que seas mujer, ya que en los últimos años las tres chicas de la oficina me han tocado sucesivamente. Entonces, para escoger tu regalo es preciso no desentonar y ponerme en tus preferencias; lo segundo acaso sea mostrarme espléndido sin parecer pretencioso. Me he fijado que el regalo no va a poder ser de aquellos que se llaman íntimos (o sea, quedan descartados de arranque los calzoncillones, las camisetas y los bividís), de los que son incuestionablemente misios (los polos dos por uno de Saga, las chaplas con dibujitos, los clogs de diez lucas el par, tres CD's bamba), de los peruanísimos (los tableros de ajedrez inca, los polos con leyenda '¡Te Amo, Perú!', los vasos con borde de plata, las botellas de pisco), de los radicalmente gronchos (los perritos que menean la cabeza, un par de medias guindas, los ventiladores de carro, los mouse pad de Macchu Picchu), de los innegablemente inútiles (un juego de luces de árbol de navidad, una pluma de tinta líquida, un mug para el café con logo de la oficina, un nacimiento, una linterna flexible para leer en la oscuridad, un chullo), de los metrosexuales (una crema para el rostro, un frasco de bloqueador de sol, unos lentes fashion, un libro de recetas de martinis, un incensario de sándalo, un libro de Isabel Allende), de los salgo-del-paso-como-sea (un estuche de cortauñas, herramientas de parrilla, un frasco de perfume Adidas, un libro de chistes de Mario Poggi, unos largavistas) ni de los dramáticamente caros pero que me harían quedar como las propias rosas (un Ipod Nano, una Palm en cualquiera de sus formas, una navaja Victorinox con cuchumil gadgets, un reloj waterproof). Finalmente, tendría que escoger entre los que sí podrían ser siempre que el precio sea el adecuado como por ejemplo, una afeitadora portátil, una brújula de metal, un polo o una gorra de marca con descuento, dos CD o un DVD originales o, ya de perdis, unos buenos auriculares. El quid está en encontrar algo de esto último pues, aunque no lo parezca, es una verdadera chambaza querido Amigo Secreto, por lo que además que el año que viene -si es que después de todo no logro impedir el obcecado jueguito- prometo no llamar a nadie a pedir consejo acerca de tu regalo, ya que he verificado que ante tal pedido la pregunta siempre es ' Pero ¿qué crees tú que le pueda gustar a tu Amigo Secreto?, a ver...' (o sea... ¡si lo supiera no pido ayuda, pues!). ¿Ahora entiendes, Amigo Secreto, que no es placentero para mí perder íntegras dos mañanas y dos tardes completas de trabajo (pese a que decir de trabajo sea un perfecto decir) buscando entre tanta chuchería un regalito que cumpla con todos los requisitos descritos? Cansa terriblemente ¿me entiendes...? Como fuere, a mi pesar y a punto de una monumental rabieta debo dejarte ya pues voy corriendo a Larco con Shell a ver si a esta hora aún encuentro algún ambulante, ya que me olvidé comprar la tarjetita de ésas de tres por un Sol sobre la que escribiré esmeradamente y con buena caligrafía 'Con Todo Cariño, De Carlos Para Su Amigo Secreto de Este Año'.
Recibe, entonces, un abrazo que te dure hasta la siguiente Navidad.
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Tu Amigo Secreto,
Tu Amigo Secreto,
Charles.
P.S.: ¡'Chessss...! casi me olvido: ¿conoces a alguien que sepa envolver regalos?
6 comentarios:
Puchi cana me perdi la carta abierta I!!!
Todo un catalogo de ideas para regalo, gracias Metronomo!
Ojala este año no me toque otra vez el renegon este...
Al Dr. G.: Gracias por leer, Dr. G. Estas nuevas generaciones viven en permanente azoro al saber de tus proezas, como por ejemplo las veces en que -mirando tu crónómetro Seiko de cuatrocientas manecillas- anunciabas a voz en cuello en la esquina de la Plaza de Armas, frente al billar 'El Rojo': "En connntados instannntes, exactamennte a las 7:23 de esta noche, estará arribando a Chinnncha un cargamennnto de hembras..." Inesquecivel, Doctor, pues los vaticinios de ese corte jamás fallaron, para beneplácito de la gallarda muchachada grociopradina.
Al Dr. Ho: Propongo que le regales al Goldo alguito, a cuenta del shhht-¡cállate! ése que le tienes. Su dirección postal es Calle Maple esquina con Calle Elmo, Michiéchateagua, Toronto (Papá de Torontel), British Colombia, Canadá 12345.
A C.C.: Ezte año me ha tocado otra perzona, para mi regozijo. Azí que no cantez victoria aún, porque quién zabe zi el próximo año me toque regalarte y escoja para ti un zidí de Phil Collinz llamado "Zuzzudio". Zip.
Oiga Cumpa, dele bien las cordenadas al tio Ho, a ver si plancha lo arrugado, o apura el camion de maiz que debe estar ya por Huarmey (salio de Chiclayo el 2001 asi que saque su cuenta cuando llegara)...y mejor lo dejo ahi que este no es foro para ventilar asuntos esos asuntos.
Por alli me parecio escuchar mi nombre?...
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