08 marzo, 2009

E'tamo' Jedy

¿Qué fue? ¿Acaso el baliente Metrónomo abandonó la lucha, colgó los chimpunes y decidió abandonar la promisoria carrera literesca que tantas gratificaciones le ha sabido dar? ¿habrá sido que se desanimó de continuar posteando dada la escasez de lectores, según dicen los falaces índices de Ibope y de Perúblogs? ¿será que ha abierto su propio Facebook, en el que desperdiga comments y notitas a diestra y siniestra, como todo buen chinchano que vive en el exterior que se precie (como mi Cumpa que, ya-me-contaron-ya, anda chequeando a toute la chinchanitée presente en el Facebook en estricto orden alfabético y que ya va por la L)?.
.
No, caros childrens. Nada de ello. Ha sido que, en correspondencia al desgaste físico y mental experimentado en los últimos meses, este pechón reporter vio la necesidad de tomarse unos días de descanso (quince, para ser exactos), lacso que utilizó para insumir breve vacación entre la Isla del Encanto y la Gran Manzana, a través de uno de los tercermundistas Embraer de manufactura brasilera de Copa, que -dicho sea de paso- traen junto a las cartillas de instrucción y las sickness bags, un rosarito por si la cosa se pone recia en medio de las clear air turbulences (el asunto mejora con los modernos de Jetblue, pero eso ya es otra historia).
.
Antes de documentar gráficamente y de un extenso tirón algunas incidencias del periplo, me voy a permitir la licencia de una autocita al mejor estilo de Ignatius J. Reilly -icónico personaje de 'A Confederacy of Dunces', libro de John Kennedy Toole, ejemplar que me recomendó y prestó Wic y cuya lectura recomiendo vivamente-, líneas que extraigo de una misiva que preparé días atrás y que preludiará seguramente el posteo de mi seguramente consagratorio "En Defensa de Normita T.: A Quienes Dicen Que No Ha Existido Jamás". Es claro: por más que uno quiera, no siempre puede salir bien en todas las fotos; como siempre, el mejor orden de mostrarlas (porque ¿para qué se las tomaría uno, si no fuera para mostrarlas?) es el cronológico, por regla general uno emula a Superman, o sea, sale siempre con el mismo uniforme. Naturalmente, esto no es primordialmente achacable a la falta de higiene, sino mas bien a la tacañería de las aerolíneas que se obstinan en prohibir más de dos maletas como equipaje, y siendo así, nunca hay modo de llevar distintas ropas de abrigo para los climas fríos y siempre hay una casaca o un abrigo que se arrogan ínfulas de sempiternos. De otra parte, hay otros pequeños inconvenientes que por lo general surgen al revisar las fotos con detenimiento y ya se tiene la posibilidad de regresar a tomarse una en sustitución: ¿qué hace uno con los brazos cuando debe tomarse una foto que tiene un edificio o un paisaje de fondo, salvo que los ponga detrás de la espalda y aplique un rostro como de '¡Oh!, ¡foto!' como quien le da un aire de casual look, que para qué?, ¿por qué será que justamente el dedo del fotógrafo nunca toma la precaución de no tapar el flash ni ponerlo sobre el objetivo de modo que sale muy naranja sobre el paisaje más bonito de toda la excursión? y finalmente, ¿no es verdad que uno aparece siempre más gordo de lo que realmente es debido al espejismo que producen todas las cámaras fotográficas, que engordan cinco kilos, y las de televisión, ocho? Pruebas al canto.
.
El Otro Metrónomo I
.
Mediante la siguiente prueba fotográfica se verifica que El Otro Metrónomo no es único. En la foto, sosteniendo otro metrónomo -que es el de Marianita, mi nice y violinista niece-, foto tomada en el comedor del departamento de Jac, que como todo depto del Upper East Side que se precie, tiene celular, vista al Hudson y palanca al piso, además de su propio poltergeist, el que -según se narra- es una chiquita que sale en las fotos en forma de volutas de humo, que provoca extraños, breves y súbitos escalofríos aún cuando la calefacción esté puesta al máximo y que salvo el incidente de haber yo encontrado una toalla volcada desde la repisa en donde la había dejado muy estable, tras entrar y salir del baño y sin que mediara otra explicación, no tuvimos ocasión de encontrar ni siquiera en los sueños, seguramente porque no hay Berlitz Institute para Gasparín y los suyos, pues capaz se enteró que no hablábamos bien el inglés y a lo mejor no la íbamos a entender cuando nos hubiera dicho booh!.
.
.
El Otro Metrónomo II
.
Y para que no se diga que uno se anda faroleando nomás con aquello de ser o no ser igual aquí, allá o en San Petersburgo, evidencio que me di mi respectiva vueltita por el Metrónomo de Union Square, más que como para andar de presumido, sino porque ahí justamente estaba una tiendaza de Circuit City que en esos días estaba a punto de cerrar, con imperdibles descuentos en todas las líneas que había que aprovechar sí o sí.
.
.
Línea 6, Union Square
.
Como quiera que uno ya va agarrando cancha en eso de chapar su metro, lo cual es, poco más o menos, como chapar aquí su combi todo-Arequipa-todo-Tacna en una sola de las direcciones (sólo que allá hay que comprar su Metrocard y fijarse bien en los cartelitos de las conexiones, que son cuchumil), se le toma la vuelta pronto a Manhattan. En los túneles que conectan las estaciones de las líneas del este y del oeste en Union Square, los manhattanites han hecho un modesto pero sentido homenaje a las más de dos mil personas que murieron por los atentados de las Torres Gemelas: en una de las largas paredes de mayólica blanca se han colocado stickers con los nombres de cada una de las víctimas. No recuerdo o no vi el nombre de los gestores del memorial, pero el gesto es encomiable y acorde con el ajetreado barullo de esa parte de la ciudad.
.
.
I Wanna Wok'n Roll all night...!
.
Como lauro a la premonitoria idea de negocios que alguna vez enarbolara el Dr. G., la cadena de mini chifas "Wok'n Roll" tiene uno de sus locales en la esquina de la 1a. con la 68a., bien cerquita de donde Jac. En visita anterior, tal como he contado innumerables veces, me acerqué a pedir una porción de arroz frito pa' lleva'o y la china que atendía repitió en inglés 'Ah, flie' lice!...' pero al trasmitir la orden al cocinero (chino, como ella) le mandó un grito perfectamente entendible a los oídos peruanos: 'Chau fa!...'. Premunido de tan involuntaria como esclarecedora lección, en esta visita me dejé caer varias veces por el "Wok'n Roll" y en alguna de ellas, cuando no había mucha clientela, quise utilizar mi así aprendido cantonés. Poniendo dos dedos frente a la cajera -la misma china que me atendió la vez pasada-, le dije lo más chinamente posible: 'Di chau fa!' (una vez mi abuelo me enseñó a contar ya, di, sam, si, on, lo'o, chau, pah, kau, sa'a). La china me miró extrañadísima y, cuando yo estaba a punto de cantar victoria, ladeó la cabeza y me dirigió una cerrada de ojos con levantada de mentón más, así como quien dice 'Juat?'. 'Di chau fa! -repetí- I mean, two orders of fried rice!...'. Entonces la china se puso medio sonriente, volteó una vez más hacia el cocinero y trasladó la orden, de la cual sólo entendí -como la primera vez- otro chau fa más. Abrió la registradora y al tiempo de decirme 'Eig' fifty fiv' ...' me explicó que chau fa no era precisamente fried rice, o sea, arroz chaufa, como yo pensaba. 'Flie' lice is said chau fa...', me dijo. Ahí fui yo quien le puso cara extraña. Ella siguió, 'You said chau fa, wich is noodle'. 'Excuse me?' le dije, 'The two sound very alike for me'. 'No, no, no... they ale quite diff'rent. Listen: chau fa, flied lice; but chau fa, noodle, get it...?'. 'Come again?' le dije, porque me había dejado en las mismas. 'Cantonese very easy to lealn... chau fa, lice, chau fa, noodle, yes?...'. Como ya salía mi orden de chaufa (como fuere que se pronunciase), le puse la mejor cara de te-entendí-perfecto, chapé mi bolsa y salí sin siquiera pedirle mis fortune cookies de rigor. Pongo la foto de la esquina de ese movimiento y pa' la próxima prometo foto de la china en cuestión.
.
.
La Lennox Hill Neighborhood Association
.
Una de las cosas que me llama la atención de algunas ciudades es la condición de haber albergado varias generaciones de gente que, pudiera decirse, podrían tranquilamente ser ubicadas en nuestro siglo y con algún leve cambio en el chip, se adecuarían de lo más normal. Tengo la leve impresión de que ello es bastante privativo a los segmentos más medios de las sociedades, generalmente más altruistas y más identificados con los problemas del prójimo. En una de ésas que llevé a Mariana a su clase de natación, a una institución ubicada a pocas cuadras de casa, la Lennox Hill Neighborhood Association, en la 71a. Mientras esperaba, repasé las fotos que adornaban las paredes de uno de los lobbies y me gustó particualrmente encontrar la foto siguiente (que retomé, y en la cual si se observa bien, aparece mi sombra) que evidencia que para 1910 ó 1920 ya este institución tenía su bus como para llevar a pasear a la gente a la que ayudaba. Si bien los tiempos han cambiado y al ubicarse en un barrio que se ha ido acomodando esta asociación busca a sus beneficiarios en la periferia de la city, no deja de sorprenderme lo poco que han cambiado los buenos valores.
.
.
An Affair To Remember, Reloaded
.
Dado que mi Cumpa siempre fue admirador del cine americano de los cincuentas, brincó en un pie con la posibilidad de reencontrarse con su caro cumpa (o sea yo) en el piso de observación del Empire State, mismo 'An Affair To Remember'. Desafortunadamente, la existencia de trabas burocráticas que impiden a Goldinho tomar las de villadiego (que allá donde vive mi Cumpa se llaman las del Sargento Preston), el encuentro no se pudo producir, no obstante lo cual siempre queda el wishful thinking con el habitual cariño que se le tiene, que es tanto como para añadir a la siguiente foto la leyenda con su flechita bajo el brazo derecho que diga 'Put Cumpa Here'. Así son las cosas, Cumpa, ya será pa' la próxima.
.
.
Aprovecho para añadir foto de Santiagazo echándole un bisté al lado jerseiano del mirador. Nótese la ropa de abrigo y el viento que le echaba las landas al ídem.
.

Y para responder a una específica inquietud de Goldinho acerca del magazine que actualmente recibe por correo desde la Gran Manzana, pongo también foto en donde consta la dirección web donde, Cumpa, se servirá corroborar su suscripción para este año.
.

Central Perk, Sin Los Friends
.
Antes de hablar de otra caminata por el inabarcable parquesazo, cuento que no quedó registro fotográfico mostrable de la excursión hacia Times Square en donde fuimos abordados por versátil gringa multilingüe que nos preguntó, al reconocernos la façon, si nosotros hablábamos latino (sic). Y por si alguien quiere preguntar por el zoo de Central Park, el oso polar sigue jateando hasta más allá del mediodía, los pingüinos aprendieron a bailar tap al ritmo de Happy Feet mientras recitan "This stone I set at your feet / As my courtship gift to you / At the white summer's end / On Antarctica's icy shore" mientras las ranitas venenosas siguen verdeando de lo lindo. Más abajo, Mariana y Santiago en el mini zoo, un saxofonista que se ganó su buena luca al interpretar -¡cómo no!- 'Misty' y este pecho junto a vástago en la Bethesda Fountain, antes de que llueva.
.
.


Borinquen Querido, Finale
.
¿Cómo fue? ¡bendiiiiiito!... déjame que te diga que he estado bregando para darme un breiquesito entre que viro el zafacón de mi cabeza a ver si me riegan las ideas (no es embuste: ¡eso es así!). Te cuento lo nítido que es Puerto Rico, aún cuando hubieras agarrado una monga por haberte entripado bajo el chaparrón. Así que, ¿estamos jedi?... Listo. Todo empezó con unas chuletas kan kan allá en la Guardarraya, pasando por la vueltita por el cuidadito zoológico Juan Rivero (en donde hay una tortuga macho que es erotómana, según se ve) y por el Mall de Hormigueros que se llama de Mayagüez. En esta ocasión he anotado también algunos de los singulares nombres con los que han sido bautizadas puertorriqueñas de generaciones recientes (todo es sic, por si acaso): Franshbel, Kariangelie, Von Yalid, Nairim, Norisbeth, Legna, Zulneika, Yamalie, Delmy, Mayda, Grisel, Yaritza, Yoanly, Yarimar, Coralys, Shaliana, Anysha, Glorymar, Lucée y Alioni. Por cierto, también he guardado para remitir también a A.D.I.T.A. su ejemplar de "El Faro del Suroeste", editado en la feliz y muy turística ciudad de Boquerón -capital gay de la isla-, requerido por el valioso artículo "Recomendaciones Para Cuidar Su Espalda Baja", escrito por el reputado médico caborrojeño Juan Bidot Ávila, DC (en cuyo numeral 7 se puede leer el valioso aporte científico que reza: 'No duerma boca abajo. Dormir boca arriba es preferido').
.
.
Y como para poder expresar elocuentemente lo bueno que fueron las vacaciones, que esto-sí-que-es-vida y que pa'-eso-uno-se-mata-trabajando-carajo, las fotos de la reposada excursión a la playa de Combate (a la que llevamos de ídem otras chuletas y unos pollitos que estaban bien taypá) en el bote de Emilio. Finalmente Santiago, expresando mejor que nadie cómo la isla, que se ha hecho tan entrañable para todos nosotros a lo largo de estos años, es siempre un lugar al cual siempre se mira gratamente en el recuerdo.
.
.
.