30 marzo, 2007

Telemarketing

Suena el celular. Número desconocido. ¿Contestar o hacer lo de siempre? (número no conocido, no se contesta). Yerro. Contesto.

Voz: ¿Aló, con el Sr. Carlos Sarmiento?
C.S.: Síiii... (énfasis en la última 'i', mientras se intenta reconocer la voz del interlocutor)
Voz: (tono melodioso) ¿Cómo está Sr. Sarmiento? ¿Cómo le ha ido? ¿Todo bien?
C.S.: Sí, muy bien, gracias a Dios... ¿Con quién hablo, por favor?
Voz: (tono más melodioso) Me alegro mucho, Sr. Sarmiento. Mi nombre es la Sra. Mercedes del Gourmet, Travel & This Is The Way Rich People Live Club.
C.S.: (risueñón) ¡Ah!, mucho gusto. 'Señora' es un bonito primer nombre, ¿Ud. sólo se llama 'Señora' o tiene un segundo nombre?
Voz: ¿Perdón?
C.S.: Es que como me dijo que su nombre era Señora...
Voz: (confusión elocuente) Ah, sí, soy la Sra. Mercedes del Gourmet Travel & This Is...
C.S.: Sí, eso entendí. Bueno. Dígame...
Voz: ¿Cómo ha estado Sr. Sarmiento? ¿Bien? Es la octava vez que lo trato de contactar para ofrecerle los enormes beneficios que le traería el Gourmet, Travel & This Is The Way Rich People Live Club. Ud. debe ser una persona muy ocupada, seguramente. Y es precisamente para el ejecutivo moderno y que gusta disfrutar de las bondades de la gastronomía selecta de los más de cuarenta y un restaurantes que integran nuestro distinguido Club...
C.S.: Disculpe, antes de que siga, por favor ¿me dice cómo consiguió mi número?
Voz: Es que, Sr. Sarmiento, Ud. ha sido seleccionado entre una muy selecta lista de consumidores de los más importantes restaurants y hoteles de Lima a fin de ser favorecido con una invitación a integrar un exclusivo círculo de consumidores que aprecian las bondades de la buena mesa y...
C.S.: (interrumpiendo) Sra. Mercedes, ¿era Mercedes, verdad?
Voz: Sí, Sr. Sarmiento, lo que le quiero informar es...
C.S.: Sra. Mercedes, quiero ponerla al tanto de algo, antes de continuar.
Voz: Sí, Sr. Sarmiento, dígame...
C.S.: Vea... Ahora soy miembro de los clubes de los hoteles Carrot, Piss Hôtel y Q'antri y lo cierto es que con esas membresías cubro más que largamente mi cuota de asistencias a restaurantes en todo el año, así que -disculpe que sea tan directo- probablemente la membresía que me va a ofrecer a continuación no sea de mi interés, de modo que para abreviar la conversación, habré de decirle con toda la cortesía del caso que, la verdad, no estoy interesado.
Voz: (pausa y algo de fastidio) Pero Sr. Sarmiento, lo que le voy a ofrecer, si Ud. me permite es el poder permitirle disfrutar de este exclusivo círculo de consumidores del que personas tan enteradas y de gustos tan refinados como Ud., precisamente, comparten en este momento a través de los cuarenta y un restaurantes más exclusivos de Limaa través de los beneficios que le otorgará la inscripción a nuestro Gourmet, Travel & This Is...
C.S.: (interrumpiendo, cordialmente) Sra. Mercedes... ¿Habría alguna manera de que Ud. entendiera que estoy siendo directo al decirle que, de antemano, podría no estar interesado en...?
Voz: Pero Sr. (pausa mientras busca presta la anotación) ... Sarmiento, los beneficios que le va a traer integrarse a tan selecto grupo de consumidores a los cuarenta y un restaurantes más exclusivos de Lima van a ser incomparables en razón de que cada asistencia suya...
C.S.: (interrumpiendo) Sra. Mercedes. Creo que no voy a estar interesado. Además yo soy del tipo que come nomás en Kentachi o en Burger Queen, y que de vez en cuando se aplica su carapulcra con sopa seca de al lado de la carretera. Creo que no soy de quienes puedan estar interesados, realmente.
Voz: (expreso fastidio) Sr. Sarmiento, pero ¿cómo me va a decir que no si aún no le he explicado de qué se trata?
C.S.: Es que sé aproximadamente de qué se trata, porque cada vez que me llaman de números desconocidos es por esto.
Voz: (tono seco) Entonces, ¿me va apermitir explicarle en qué consisten las ventajas de nuestro exlusivo Gourmet, Travel & This Is The Way Rich People Live Club ofrecen a personas tan distinguidas como...?
C.S.: (interrumpiendo) Sra. Mercedes, no estoy interesado.
Voz: (tono áspero) Muy bien, Sr. Sarmiento, entonces y en vista de que Ud. (tono socarrón) -como dice- no esta interesado en integrarse a nuestro selecto Club porque (tono socarrón de casi cursivas) ya tiene tres membresías en tres hoteles de los más finos de Lima, ¿no querría hacer partícipe a alguno de sus conocidos más cercanos a fin de que (tono socarronísimo) sí esté interesado a disfrutar todas las ventajas y beneficios de nuestro exclusivo Gourmet, Travel & This Is The Way Rich People Live Club?
C.S.: (tono pausado) Vea, no. Yo soy muy respetuoso de la privacidad de mis amigos y no quisiera...
Voz: (tono irritado) ¿Y quién le ha dicho a Ud. que vamos a invadir la privacidad de sus amigos, Sr. Sarmiento? Nosotros somos una firma seria que...
C.S.: (tono más pausado) Sra. Mercedes...
Voz: (tono irritadísimo) Porque seguramente Ud. con sus tres membresías lo que me quiere decir es que tiene mucho dinero y que porque una lo llama cree que es para hacerle perder el tiempo y no toma conciencia de los enormes beneficios que el poseer la tarjeta Golden del Gourmet, Travel & This Is...
C.S.: (interrumpiendo con tono pausadísimo) Sra. Mercedes...
Voz: (tono emputecido) Ya sé. Seguro porque Ud. se cree un señorón, haciéndose de rogar por el celular, y cree que una está aquí para aguantarle sus majaderías engreídas y solo porque se creerá que tiene mucho dinero y todo eso...
C.S.: (tono confundido) ¿Yo? ¿Y yo qué hice?
Voz: (tono esquizofrénico) Quédese con sus hoteles y con sus tarjetas de mierda, que ya no lo voy a volver a llamar, engreído de miércoles y la próxima vez no gasto mi tarjeta en llamarlo, porque ya decía yo que con su apellido lo único que iba a hacer era hacerme perder el tiempo y...
C.S.: Adiós, Sra. Mercedes, y gracias por llamar.
Voz: (a lo lejos) ¿Qué se habrá creído este huevón, que una está para aguantarle los caprichos y que encima que (en falsete) "no estoy interesado, no estoy interesado"...?

Click.

26 marzo, 2007

Huancayo, Reloaded



El pasado viernes 23, cúpome en suerte integrar el panel de presentación del libro 'Lecciones De Origami' de Augusto Effio en el auditorio del Colegio Claretiano, en Huancayo. Ante nutrida asistencia 'Lecciones' fue lúcidamente analizada por los distinguidos personajes de letras Sandro Bossio y Carolina Ocampo. En su intervención, la poeta Carolina Ocampo destacó la destreza de Effio para aproximar al lector hacia los sentimientos de sus personajes -tan disímiles en su construcción pero tan parecidos por la opacidad de sus pretensiones- y el elocuente nervio que brota de la lectura. A su turno, Sandro Bossio encomió la escrupulosa dedicación de Effio al manejo del lenguaje, en un estilo que definió como 'sereno e intimista el cual, no obstante, no descuida un adecuado manejo de los ritmos narrativos'. El cierre de la presentación correspondió al propio Effio Ordóñez, quien expresó -con risueño convencimiento- que con el acto concluía el capítulo correspondiente a ésta, su opera prima. Material gráfico de la presentación será posteado apenas esté disponible (y, por cierto, si hubo algún lector que se esté preguntando acerca de qué fue lo que dijo El Metrónomo cuando tuvo que decir algo, holgará decir que fue algo absolutamente prescindible: Normita, por favor abstente de cualquier comentario).

En lo que duró esta visita a la Incontrastable, cupo también presenciar un desfile de numerosas comparsas de huaylarsh discurriendo por la Calle Real frente a la Plaza Constitución; dicho sea de paso, confirmé que -en efecto- no era la misma plaza que aquella de la que habla Borges cuando dijo eso de "La candente mañana de Febrero en que Beatriz Viterbo murió (... ) noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios". Dos cositas al respecto: la primera, el gusto enorme de verificar la compenetración de la gente del valle para con su música (el huaylarsh), la cual constituye un extraordinario frente de defensa contra la penetración indiscriminada de ritmos foráneos y adefesieros (recuérdese mi previo 'Inquietudes Sobre El Síndrome de Inmunodeficiencia Acentual Adquirida'), y la segunda, poder comprobar emocionadamente que tal compromiso no se fija ni en miserias ni en otras estrecheces. Sobre esto, este cronista confiesa el entusiasta y conmovido aplauso que dedicó a un grupo de bailarines de cierta comunidad campesina los que, pese a estar ataviados con las vestimentas más humildes de todo el corso y a ir acompañados musicalmente por sólo un saxofón (hecho artesanalmente, con un tubo de metal), derrocharon no sólo las sonrisas sino los pasos más vibrantes de todo el desfile. ¡Y después decimos que los peruanos no tenemos motivos de orgullo patrio!... ¡'arajo!

El sábado cupo también en suerte a este Baliente Metrónomo acompañar al édito escritor Effio Ordóñez (cual fiel escudero y en previsión de que -fruto de inusual soroche- la emprendiera contra alguna caravana de gentes peregrinas y dobladas de agravios o acudiera en socorro de alguna dama en apuros) durante el programa cultural 'El Hablador', propalado las mañanas de los sábados por Radio Universitaria 89.5 F.M. El conductor del espacio es el comunicador huancaíno Jorge Jaime (Woody Allen, para los amigos y también para este irrespetuoso Metrónomo), personaje que combina sus virtuosas dotes de análisis literario con las de una muy enterada apreciación musical. La charla duró una hora completa, habiendo tenido Augusto la ocasión de exponer sus amplios conocimientos de la narrativa mundial y comentar sobre sus futuros proyectos en lo literario, todo lo cual no fue desmerecido ni siquiera por las desatinadas intervenciones de este metronómico pechito (cito: 'Mis cinco libros preferidos son tres...', 'Y para quienes no tengan el gusto de conocer a Jorge en persona, sí, es igualito a Woody Allen' o especialmente esa de 'Jorge, la próxima vez tendrás que decirte algo, más que sea un vodkita...'). De acuerdo con información que acaba de llegar a este despacho, a esa hora barrimos con el rating (y, naturalmente, a lo barrido lo pusimos bajo la alfombra).

En postergada visita al valle, cúpole tanto a Augusto como a El Metrónomo, disfrutar de dos lugares turísticos muy poco explotados en el valle: las ruinas de Wari Willca y las qollqas de Arwaturo. El primero es un bello santuario de influencias Wari cuyo nombre adosa el sufijo willca (alma), en íntima asociación a lo espiritual de la zona y que cobija místicamente dos espléndidos molles cuya antigüedad bordea los quinientos años. Las qollqas (o graneros) de Arwaturo, en cambio, se encuentran en las inmediaciones de la zona de Chongos Bajo (que en realidad, están bien alto) y se accede a ellas culminando los quinientos diecisiete escalones de una empinada escalera de piedra; empero, la vista que desde allí se tiene del valle es impagable y vale su peso en jade (es natural: a tres mil quinientos metros y quinientos diecisiete escalones más arriba uno acaba, necesariamente, jadeando).

Finalmente, tres notas que no vienen a cuento, pero que deben ser mencionadas: la primera es que este Metrónomo ha efectuado las averiguaciones acerca del origen de la orden Claretiana -recordemos que la presentación de 'Lecciones' ocurrió en el auditorio del colegio de Huancayo que pertenece a la misma y que es alma mater de Effio Ordóñez- y soslaya la inquietante conclusión de que su fundador, José María Claret, probablemente haya sido inveterado dipsómano con especial afición por los vinos robustos, ásperos y pálidos (o sea, por los clarets). La segunda es que, tras visionar (¡qué feo verbo!) la película 'Walk The Line', he llegado a la conclusión de que Reese Whiterspoon no me va a simpatizar nunca porque es igualita a una de esas tías con las que de chico uno jamás tuvo sueños eróticos (¡puaj!). Finalmente, como corresponde a todo titular de columna de opinión literaria-musical que no se detiene a prejuzgar ningún género sonoro, máxime si aún vibra entusiastamente con el recuerdo de un generoso derroche de huaylarsh, razón que le impelió a buscar apresuradamente un CD de banda o grupo regional representativo, hallando el respectivo en el mercadillo más próximo a sólo cinco soles, 'Original, caserito' (jotototó jotototó), permítese este Metrónomo incluir el difundido éxito de la Orquesta Los Flamantes de Huancayo intitulado 'Qué Tal Soy' (elección difícil y hasta injusta entre los grandes éxitos de la banda, pues deja atrás otros reconocidos hits como son 'El Resentido', 'El Chatín' y por qué no, 'El Enchufe'). Los oyentes acuciosos disfrutarán los aires blueseados del saxo que inicia el tema.

Eso e' todo cuanto hay que decir por hoy.

('Qué Tal Soy', Los Flamantes, 2005)

16 marzo, 2007

Es Un Vicio Para Mí (El Rock' n' Roll)


Es casi exactamente medianoche -luego de hostigador, ruidoso y falsamente irreverente telón de Manganzoides- y sin que medie anuncio previo (salvo la oscuridad y los olé-olé-olé-olé-olé-olé-o-lá que los pedían a gritos) hacen su aparición sobre el escenario Juanse, Sarcófago et alter: los Ratones Paranoicos. Con un buen sonido de guitarras arrancan con 'Rock Del Pedazo', 'Vicio', 'Estrella' y empiezan a dar en la yema del gusto a los cuatrocientos asistentes (o alrededor-de) a la 'Vocé', de Petit Thouars con los primeros acordes del cover 'Ruta 66'. Entre los asistentes se cuentan argentinófilos de todo calibre (camiseta de la albiceleste para revolearla a torso desnudo, como si el recital fuera en River o en Obras) hasta adolescentes de índole dark, pasando por aficionados al rock de distintas generaciones (incluyéndome en la cuarentera). Invariablemente, todos vibran y corean cuando el clásico 'tun-dunnn-dudu-dunnnn' de la incomparable 'Satisfaction', de los Stones, y a medida que ésta avanza, Juanse se empieza a desinhibir -merced a los varios on-the-rocks que se viene empujando entre canción y canción- que decide bajar desde el minúsculo escenario (no más de 7 x 3 m, sobre un tabladillo a 1.70 m) y mezclarse con la gente hasta que los gorilas-de-algún-bar (como les llama Sabina, tan inteligentemente) armen círculo protector, el cual Juanse elude para treparse hasta la barra en donde este pechito y Lucho (hermano del pechito) degustan consabida jarra de chela, gran parte de la cual va a dar a los de barra-abajo que ni cuenta se dan entre que vitorean al músico y buscan tocarlo (afortunadamente, la maternal mano de una chiquilla veinteañera que está a mi lado salva del siniestro total a la referida jarra, más la cajetilla de Winston Light, pues con brioso quite las aleja justo antes de espectacular patada aérea de Juanse). Ya en ese rato la gente está eufórica y pide más, lo cual es entregado con cuota coral y unánime en 'Rock Del Gato' ("Sho quiero verl'en el shouah, es com'un gato siamessah..."), 'Estrella', 'Cowboy' y un corto etcétera. 'Gracias a todos. Pensé que acabaríamos deportados' dice hacia la mitad, disfrazando su incomodidad por la poca difusión y la regularona asistencia. '¡Se ve que hay aquí mucha gente que conoce de (nuestro) rock' n' roll...!'. Dos o tres canciones más y un rápido 'Chau, gracias' con consabida fuguita de escenario que propicia los "Nooooo, no se va, no se va, Juanse no se va..." que los hace volver (gracias a Dios, sin el huachafo añadido de un coro de chiquitos de colegio posh de Lima) reiniciando todo el asunto con un larguísimo 'Vampiro' hasta un decoroso muere de 'Sigue Girando', corte de su último álbum de estudio, mientras desaparecen en la niebla de papel picado blanco y celeste que vomitan los cañones laterales de la discoteca.

En suma, entretenido y vibrante como el taconeo del propio Juanse sobre my spilled beer. Para los ratonófilos esta primera presentación de los Paranoicos en Lima es, seguramente, memorable.

12 marzo, 2007

Metrónomo, Union Square

Ese sábado la línea 3 había cancelado el tramo que cruzaba hasta Brooklyn. 'Última parada: Union Square' dijo el conductor por el altoparlante. Leí el cartel que hasta ese momento había ignorado: 'Mantenimientos Programados: Línea 3, Sábado...', decía. Bajé, embutiéndome en la casaca y los guantes. Saliendo, hacia la izquierda, esa especie de escultura que destaca a la vista de un Washington a caballo y sable en ristre. ¿Un metrónomo?, pensé. Un metrónomo, en efecto. El metrónomo. El metrónomo, en Union Square.

Some predestination!, pensé. Entonces decidí seguir bebiéndome Nueva York tanto como pudiera...


[El Metrónomo de Union Square es una obra de arte diseñada en 1999 por Kristen Jones y Andrew Ginzel. Sus quince números muestran el tiempo transcurrido y el que falta para medianoche; si el reloj marcara 080537999235415, significará que son las 8:05 A.M. (ocho horas y cinco minutos desde la medianoche) y que quedan 15 horas y algo más de 54 minutos para que ocurra la siguiente (pares de números a la derecha). Los tres números centrales son aleatorios y cambian cada tres décimas de segundo.]